domingo, 26 de mayo de 2019

- HIPERREALIDAD - LA JUSTICIA POÉTICA DE LOS LOBOS MARINOS

      A comienzos del siglo xx los dadaístas construían collages o fotomontajes para dar cuenta de una realidad absurda, denunciando la guerra, la avaricia de los bancos, la hipocresía de la burguesía entre otras cosas. Esta técnica fue reutilizada durante todo el siglo xx y retomada por los punks para crear sus portadas de discos e interiores. Muchos de estos collages originales ponían en partes de animales en cuerpos de humanos o viceversa. Esta foto sacada hace poco en Coquimbo, en el norte semiárido, muestra como ya no es necesario realizar estos artificios artísticos para dar cuenta del absurdo de la realidad. Hoy por hoy, el cambio climático nos muestra a animales realizando acciones casi humanas, como los osos polares reciclando o este lobo marino saltando una barrera para peatones para cruzar una avenida y lograr conseguir algo de los restos de comida que había en un basurero. Ya habíamos visto uno que, en un acto de justicia poética, casi arranca la cabeza de piñera. Acá vemos al lobo que parece un transeúnte más esquivando los obstáculos del urbanismo. Un ciudadano de esta horrible república que obliga a sus súbditos a vivir de forma antinatural. Como dijo un amigo, desde ahora te llamaremos hermano.

      
     Desde hace años en Coquimbo se viene librando una batalla entre oprimidos. Por un lado, los pescadores artesanales vieron reducidas sus áreas de pesca debido a la corrupta ley longueira, como también, la pesca de arrastre ha reducido considerablemente las especies rentables para el comercio pesquero. Incluso aquellos que no se enfrentan hoy a una especie que lo ha acompañado desde las primeras entradas al mar, el lobo marino. El mismo lobo que era usado para construir balsas por los pueblos nómades costeros del semiárido, ahora es un enemigo acérrimo de los artesanales. Éste para los pescadores reduce aún más la pesca, además se reproduce sin control, y a su vez es alimentado por los desechos y menudencias que se arrojan al mar a un costado de la caleta de coquimbo. Siempre se ha sabido de los asesinatos de lobos y otras especies con uso de dinamita, pero desde hace ya 5 años la prensa local hegemónica da cuenta de otros tipos de asesinatos y secuestros contra esta especie. Hallazgos en sitios eriazos de lobos mutilados y para quienes observamos y estudiamos la fauno costera, podemos darnos cuenta claramente que son los miembros más ancianos y fuertes de la manada. Sin duda una estrategia para romper las formas de organización animal. Desde el 2016 se han registrado ataques de lobos marinos contra pescadores y buzos de la caleta, como también se han levantado campañas en período estival para alertar a turistas de no acercarse a esta especie, la cual según los organismos burocráticos del poder ha desbordado su población, por lo que se adentra a las calles de la costanera, que en algún momento fueron rocas y loberas que albergaban manadas de estos. Ahora atacan las ferias libres que se ubican al costado de la carretera para conseguir la comida que el artesanal le ha quitado y saciar un hambre que las sobras y verduras descompuestas pueden acabar. Aun así la ira no termina con llenar las bocas de las crías, el año 2017 se pudo registrar por medios alternativos de prensa y algunos hegemónicos que una peligrosa "banda" de lobos marinos atacó por la madrugada una embarcación. Registro que hizo un nochero de la caleta al observar que una treintena de lobos marinos abordaron una mediana embarcación y procedieron a destruirla con golpes hasta lograr hundirla. Las pérdidas millonarias en equipos de geolocalización y artículos de pesca como de la misma embarcación  lloraron en los periódicos locales, mientras que la venganza apareció con cadáveres de lobos en las inmediaciones del lugar. Ya desde aquellos días la municipalidad tomó otras medidas cercando el borde costero y amenazando con duras normas la alimentación “ilegal” a especies marinas. Pero aun así, hace un par de semanas quienes habitamos la península de coquimbo pudimos observar que la disputa no terminó. Tales cercos fueron desalambrados por una manada furiosa que después de dos años vuelve a contraatacar a una humanidad que no ha sido responsable de su miseria, pero sí cómplice. Mucho nos queda aprender de la naturaleza no-humana, sobre sus reivindicaciones y motivaciones, si es que realmente fue memoria y venganza o causa y consecuencia de un hambre voraz.


x el conselheiro y owen

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