miércoles, 15 de octubre de 2014

Los(t) Tapes del Lalo: Elegía por un Quilicurano (x Sebita)

A mi amigo Eduardo le gustaban los días nublados pero sin lluvia, pa’ poder echarse, donde dejaban los remolques de camiones abandonados, a tomar Pilsen. O, mejor aún, pal 18, cuando la hierba ya tenía medio metro de altura, tirarse en el peladero a mirar a los viejos y los pendejos encumbrando volantín, como la champa 'e pasto estaba alta los pacos no nos podían ver ahí echaitos contentitos tomándonos unas frescas, o algún brebaje que nos ofrecía la temporada y esperando a ver quién se piteaba el volantín de quién. Así muchos días y tardes pasaron, siempre con la sonrisa ancha, la ilusión del presente más grande que la chucha, la confianza que el futuro estaba muy lejos y que no hay nada mejor que estar siempre con los perros del barrio, fieles y conocidos. 
Así vivía mi compa’re, entre su música, su alegría, las pilsen y sus estudios por ahí en el Inacap al la’o de la caletera, donde asistía, cumplía y aprendía weas que decía le servirían mucho pa’ después hacer algo, que esta wea no da pa’ siempre de andarse enbacallando to’a la vida con los taitas y amigos: hay que salir pa algún la'o. Una forma de no sentir las carencias económicas ni dejarse inundar por la angustia de estar en la mierda y saber que el chanco esta ya pela’o y nunca se llegara a repartir de otra forma.



Al Lalo le gustaba cach'á el Metal, pero el Punk lo traía bastante inquieto, siempre sencillo con su buzo y alguna polera sin logo se paseaba por el frontis de su casa esperándonos llegar con las Pilsen.
-tengo una wea pulenta -me decía- cachái esta wea? -apuraba mientras saboreaba un sorbo.
-Terrible rápida y directa weón- Me dijo una ves, con un cassette de Los Crudos en la mano.
Pa’ el nada pertenecía a nada, nunca milito en el hardcore por ser, seguro, una pandilla elitista de ideas demasiado complicadas y el metal más puritano con su general falta de humor lo traía sin cuidado. Eduardito llevaba su propio ritmo de Quilicurano de siempre, de extrarradio perdido fuera de una capital enardecida por un ego violento.
         Sin nada que perder, pero devorando en el Walkman todo lo que podía encontrar. Así entraban los cassettes de Paradise Lost, de preferencia, Splatterpunk, the Accused, Exploited, My Dying Bride, Anathema, Fiskales, Slayer, Exodus, Moonspell, Supersordo, Kreator, Anthrax, Bad Religion, Wasted Youth, Undercroft y cuanta wea llegara pa’ copiarse los tapes y vacilar la vida que si no estaba terrible gris y en la calle se sentía que los pacos aún no se olvidaban de sus gloriosos días en los 80s.
        Y mi hermanito entre sus cursos de soldadura, gasfitería, su polola, los carretes que nos pegábamos los findes, a veces yo aun luciendo el uniforme del  colegio -que se ganaba sus máculas de tinto garrafero y Báltica- se pasaba los días, así cagandonos de risa de sus ocurrencias y dichos. Era un weón agudo que esperaba y sabia cuando tirarla, pensándola, analizando, preocupado por algo que lamentablemente nunca llego.



El Edu, pese a su curso de prevención de riesgos, sufrió un terrible accidente que le sesgo la existencia y nos quitó la sonrisa, nos hizo envejecer y en parte dividió el núcleo de amigos que fuimos, para bien o mal, las experiencias se sienten, y más aun si son fuertes con tintes de brutalidad.
        Siguiendo la maldición del proletariado, un buen día se dispuso a soldar una extensión de la casa de su madre, con resaca o sin, no importa, esta wea le podía pasar al más ducho o al más longi, pero le toco a él, al Lalo. Así que el balón de gas y la conchesumadre se desengancho y el fuego lo fue todo y de ahí historia mas o menos resuelta, un hermano menos. Hicimos una vaca pa’ pagar los servicios funerarios, me dejo tan caga’o que deje el tabaco y las drogas.
        M. con el R. sus hermanos de toda la vida en la calle, en la alegría y la miseria, le cavaron la fosa y el funeral fue, era que no, de negro toda la gente, nunca vi tanto chascón y punki llorando, y aun hoy cuando veo una wea graciosa, cuando me río, o cuando se me retuerce la tripa de la injusticia de este mundo re culiao feo, miro al lado y encuentro un vacío, y es mi wacho el Eduardo que ya se fue a tomarse las pilseners a otro lado, pero puta que lo echo de menos, sea donde sea que estoy, porque era más único que la cresta.
        Lalo se fue al patio ‘e los callaos el mismo día que Joe Strummer, y pese a nunca grabar un disco ni protagonizar ninguna escena memorable de algún film, dejo una imagen indeleble en nuestras mentes y corazones. Y un rastro de amargura en las calles de Quilicura, donde antes corría vino y chicha, ahora aun entre los pasos de pendejos con Nikes y los viejos Huasos que aun van a caballo, se siente una brisa de angustiosa carencia, es que el Lalito anda perdido buscando un Personal Stereo donde escucharse su ultimo Tape, bien fuerte con su Vodka Gaitero en la mano.


martes, 7 de octubre de 2014

Pies de Plomo: Isards s/t

"el cemento se unde a su paso
el silencio rompe en pedazos
su ojo ve más allá del objeto ideal
quien podrá soportar su presencia?
quien podrá oír su voz?
sólo resta esperar que al encontrarnos
pensemos igual...

       



Sludge, metal o hardcorepunk ralentizado? (no me gusta la palabra "stoner"). Para mi va más allá de esas etiquetas. Buenas bases, bastantes cambios, 6 canciones para invocar algún espíritu maligno o buscar la redención vía algún sacrificio. versiones libres, en castellano, de Amargo (me chorearon), acá se llama "perdido de nuevo" que sería como una traducción libre de "patada en el pecho",  y la versión de "Jeremías Pies de Plomo" de la banda argentina de los 70s Vox Dei. Creo que esta la canción que más me gusto, por el tono de heresiarca con el que canta Gresiek, por las guitarras lánguidas de un alma torturada a cargo de Sebita (le tira la cola al gato o, mejor dicho, parece gato antes de pelearse!) y el bajo tocado por Ricard con dedos de plomo derretido marcando los tonos y el tiempo preciso de la bata de Massimo. Una canción que te deja con el espíritu inquieto (lo mas probable es que vayas en busca de una bebida espirituosa). El resto de las canciones están cantadas en polaco y no se que carajo dirán pero suenan muy pesadas y oscuras. De alguna forma me recordó a Pozoj y en algún momento a Supersordo... grabado en bcn hace poco, en algún lugar que no sé.

escúchalo acä: http://isards.bandcamp.com/


Son los pasos de Jeremías
el que nunca vuelve atrás
Jeremías, ya esta por llegar
con su bestia emplumada de libertad!


El Conselheiro.

lunes, 6 de octubre de 2014

Sorpresas de día lunes...

Los días lunes la mayoría de las veces son resaca... otras estas agobiado por la vuelta al trabajo o el estudio... o todas esas cosas que no son importantes pero que llenan la vida de las personas... Por suerte hoy estuvo tranquilo, si mucha resaca y además me mandaron, por internet estos prelanzamientos [?], que me alegraron el día.


1.- El lanzamiento de el primer corte del proyecto de Juan del Rio y su canción "Tengo un problema", proyecto solista de Juan Pablo micros, blues con el espiritu del punk diy. Siempre admire a las personas que son capaces de pararse solo con una guitarra. Sonido blusero del misisippi pero tocados al borde del riachuelo de la boca, acompañado de una lírica personal de oscuridad esperanzada. Esperemos poder tener el disco completo por estos días. Ya con este adelanto nos dejo con las ganas... de escuchar el resto y descorchar un whisky (es una promesa!).  


2.- La premezcla de Juventud Infinita. Banda de Barcelona integrada por gente originaria de este lado del charco: Bati, en bajo y voz, Katafu en bateria y Oli en guitarra. Un sonido fresco y frenético, hardcore punk a lo black flag, husker du, circle jerks. bad brains... pero con una impronta original. Una buena muestra de honestidad. No siguen ninguna formula preestablecida ni etiqueta. Una mención especial para la guitarra que hace recordar esos punteos de Greg Ginn, sin copiarle. En la primera fase en la construcción de los temas estuvo tocando Monga en la guitarra.




Buena semana.

el Conselheiro

miércoles, 1 de octubre de 2014

EL ETERNO RETORNO DEL SUPERMONO…


El super mono, la existencia de una bestia de dimensiones colosales que, según el cine, exige el sacrificio de una fémina, fue una representación de la amenaza salvaje o de la barbarie que acechaba los sueños colonizadores de los viajeros europeos que a mitad del siglo XIX recorrerían el mundo describiéndolo a su manera en sus crónicas o libros de viaje. Ese viajero ávido de ganancias, aventurero, galán, tiene miedo de este mono gigante, que se rapte a su amada, que en realidad, para él, es un trofeo más, pero más teme que le arruine su negocio, que se joda su planta de algodón o café, o, más cercano a nuestra realidad, que no pueda plantar soja, pinos o llenar de jaulas los mares para criar salmones.

En el Libro Ojos Imperiales de Marie Louise Pratt[1] se habla de este mito. Cuenta que un tal Paul du Chaillu, que fue un explorador–escritor que en 1861 escribió un libro de viajes que perturbaría la matriz estético ideológica expresada como “arte e imperio”. Era un francoestadounidense cuyo padre había sido comerciante en África occidental y escribió sobre el enigma de un gorila de grandes proporciones. “en el Congo siempre habían circulado rumores de la existencia de un enorme animal con apariencia humana, pero la curiosidad occidental se había visto apaciguada por los rumores igualmente vividos, de que en la región se practicaba el canibalismo. Otro poderosos elemento disuasorio era la fiebre tropical, para no hablar de los traficantes de africanos del interior del congo,  que estaban particularmente interesados en proteger sus negocios de la intromisión europea. Pero con el advenimiento de pensamiento evolutivo y las modernas teorías sobre las razas en la década de 1850, la posibilidad de la existencia del gorila adquiría significaciones extraordinariamente nuevas: por ejemplo, como la bestia inferior con la cual los africanos estarían más vinculados que los europeos. Se tornaba, entonces imperioso para los europeos confirmar o desmentir la existencia de la criatura. Más o menos al mismo tiempo, los progresos en la medicina hicieron que viajar al África fuera más seguro para los europeos. Aunque pocos le creyeron, Du Chaillu “descubrió” al gorila y escribió sobre él en en su popular y sensacional Exploratio and Adventure in Equatorial Africa [Exploraciones y aventuras en el África Ecuatorial] (1861). Es éste un descubrimiento que conlleva tal carga ideológica que desde entonces los occidentales han tenido que volver a representarlo periódicamente (en 1980 tuvo lugaruna nueva representación de la película cinematográfica Gorillas in the Mist, [Gorilas en la Niebla], basada en la visa de Dian Fossey, especialista en primates.)”

El descubrimiento de Chaillu le dio notoriedad y sus entretenidísimos libros de viajes lo hicieron famoso como escritor satírica y sensacionalista, también como mentiroso”.


Lee Perry junto a los Upsetter sacaron en el año 1976 el disco Super Ape. Grabado en su propio estudio Black Ark, utilizando efectos y la mesa de sonido, recrea canciones de reggae dándole características propias, bajo la filosofía del Dub (prefiero pensar el dub como un modo de encarar la creación y que se sirve de la técnica para ello). En su portada aparece un mono gigante rompiéndolo todo, porro en mano. El primate además tiene un cierto aire vampiresco. Es uno de los mejores discos de reggae de todos los tiempos, según mi humilde opinión. Esta vez el mito de King Kong reaparece en Jamaica y estos muchachos nos dejaron un hermoso ejemplar para que nos regocijemos. Años después reapareció este macaco gigante nuevamente en “Return of superape” otra clásico del dub. Ambos discos fueron relanzado por el sello Trojan en el 2007 en un disco llamado: Apeology. Lo pueden descargar acá.

     
    Por último, al que le interese el tema sobre literatura de viajes en tiempos coloniales les recomiendo el libro de Joseph Conrad, El Corazón de las Tinieblas. Este escritor anglopolaco describió la ruina del Congo bajo la fiebre del marfil y la relacionaba con la ruina de Europa en términos humanos. EL guión de la película Apocalipsis Now se basó en este relato.

EL SUPERMONO EN BS AS. VERSIÓN DE MAXI (hecho por encargo).
Por nuestro lado, seguimos esperando el próximo retorno del Supermono.

El Conselheiro


[1] Pratt, Mary Louise (1992), Ojos imperiales. Fondo de cultura económica, Buenos Aires.

domingo, 24 de agosto de 2014

Pequeña actualización del catálogo Bs As Desörden

       Estamos reactivando el estampado de camisetas. Estas son algunas que hemos vuelto a hacer. Próximamente nuevos diseños y los estampados de siempre.Si quieren mandar a pedir un diseño, en argentina y también en chile, escribir a redfer69@gmail.com. Los precios por interno.

MOTORHEAD (DISEÑO MAX VADALA)

ASTOR PIAZZOLLA

POGUES

PUNK ROCK, (A) Y TINTA CHINA.

REPÚBLICA POPULAR DE LA BOCA

martes, 15 de julio de 2014

Deuda y culpa: capitalismo y religión. W. Benjamin



La condición de asalariado hace pensar en algunas usanzas del día a día que exhiben la lógica avasalladora que las invoca. Una horrible costumbre hay entre la “gente bien”: el hecho de pensar que al prestar dinero está haciendo un bien que deja en a la persona endeudada en una situación de deber que va más allá de la devolución del préstamo. O, en otro ambito, que sólo por el hecho de vender nuestra fuerza de trabajo ya tenemos un compromiso que va más alla de lo que está en el papel que firmamos junto con nuestro empleador. Pensemos en esta misma lógica pero aplicada al consumo por crédito que ocurre a diario en los aspecto básicos del vivir (alimentación, vivienda, salud, vestimenta, etc.), pero donde el prestamista es una entidad impersonal como un banco, un casa comercial o institución financiera. En todos estos casos, la palabra deuda adquiere significados que van más alla del simple compromiso de pago. El texto que publicamos a continuación fue escrito alrededor de 1921. En él se expone al actual sistema económico como si fuera un sistema de creencias religioso. Reconoce tres rasgos fundamentales del capitalismo: es una religión puramente de culto, utilitaria, no dogmatica; la celebración del culto es constante, sin pausa; y es un culto culpabilizador, en el doble sentido que tiene la palabra “Schuld” en alemán, en que fue escrito en el original, en tanto culpa y deuda. Este pecado exige una expiación que involucra al mismo dios, que está oculto. Una religión que no pretende salvar la vida, sino por el contrario, su absoluta destrucción.

El Consheleiro


[Im Kapitalismus ist eine Religion zu erblicken...] En el Capitalismo hay que ver una religión. Esto significa que el Capitalismo sirve esencialmente para satisfacer las mismas necesidades, tormentos o inquietudes a las que antaño daban respuesta las llamadas religiones.
            Esa estructura religiosa del Capitalismo no es sólo similar a “una imagen de estilo religioso” (así pensaba Max Weber), sino “un fenómeno esencialmente religioso”. Pero si hoy intentáramos dar la prueba de esa estructura religiosa del Capitalismo, acabaríamos en el callejón sin salida de una polémica universal y desmesurada. No podemos abarcar la red en la que estamos; pero más tarde nos daremos cuenta.
            No obstante, hoy ya es posible reconocer tres rasgos de esa estructura religiosa del Capitalismo:

a) En primer lugar el Capitalismo es una religión puramente de culto, quizá la más cúltica que ha existido nunca. No tiene una teología dogmática específica: en él todo cobra significado sólo a través de una referencia inmediata al culto. Desde esta óptica adquiere el utilitarismo toda su coloración religiosa.

b) Un segundo rasgo del Capitalismo relacionado también con esa concreción cultual, es la duración permanente del culto: el capitalismo es como la celebración de un culto “sans trêve et sans merci” (sin tregua y sin piedad). No hay en él “días laborables”, no hay un solo día que no sea “día de fiesta”, en el sentido terrible de una ceremonia sacra superdesarrollada: es como el desplie­gue máximo de aquello que se venera.

c) En tercer lugar, se trata de un culto culpabilizador. El Capitalismo es quizás el primer caso de un culto que no es expiatorio sino culpabilizador. A partir de aquí, este sistema religioso se ubica en la explosión de un movimiento monstruoso: una terrible conciencia de culpa/deuda (Schuld en alemán significa a la vez culpa y deuda) que no sabe liberarse, echa mano del culto no para expiar la culpa sino para hacerla universal, para grabarse en nuestra conciencia y, por último y ante todo, inmiscuir al mismo Dios en esa culpa para acabar interesándole en la expiación.
            La expiación, por tanto, no hay que esperarla ni del mismo culto, ni de la reforma de esa religión (que siempre debe apoyarse en algo más seguro que ella) ni en el abandono de ella. Más bien pertenece a la esencia de ese movimiento religioso que es el Capitalismo el aguantar hasta el final: hasta la completa culpabilización final de Dios, hasta la situación mundial de desesperación que ya hemos conseguido y en la cual todavía seguimos esperando.
            Ahí reside lo históricamente inaudito del Capitalismo: que la religión ya no significa la reforma de la vida sino su destrucción, la desesperación se transforma así en el estado religioso del mundo, del cual hay que esperar la salvación. La trascendencia de Dios ha desaparecido, pero Dios no ha muerto sino que se ha incrustado en el destino humano. Todo este cruzar el planeta-hombre por la morada de la desespera­ción, con la soledad más absoluta en su camino, es una actitud que deriva de Nietzsche: ese hombre es el superhombre, el primero que conoce la religión capitalista y comienza a practicarla.
            Un cuarto rasgo es que el Dios (del capitalismo) debe quedar escondido. Sólo puede ser invocado en el zenit de su culpabilización. El culto es celebrado por una divinidad inexperta; y cada pensa­miento o cada representación de ella, destroza el misterio de su madurez.
            También la teoría de Freud tiene que ver con el señorío clerical de ese culto. Lo reprimido, la representación pecaminosa y condenada es con mucho la analogía más luminosa del Capital que cobra intereses del infierno del inconsciente.
            La forma del pensamiento religioso capitalista se encuentra (también) magníficamente expresada en la filosofía de Nietzsche. La idea del superhombre empuja el salto apocalíptico no hacia la conversión, la expiación, purificación o penitencia, sino hacia un crecimiento constante que en sus últimos tramos se vuelve explosivo y discontinuo. Por eso, crecimiento y desa­rrollo resultan inconciliables (en el sentido del adagio “Natura non facit saltus”): el superhombre es el hombre histórico, cons­truido sin arrepentimiento y que atraviesa el cielo. Esa destrucción del cielo por el crecimiento de la capacidad dominadora del hombre, ya fue juzgada por Nietzsche como una culpabilización (deuda) religiosa; y sigue siendo eso.
            Y algo parecido en Marx: ese capitalismo incapaz de convertirse, se transforma en socialismo a través de los intereses simples y compuestos, que son una función de la deuda/culpa (¡atención a la ambigüedad de este concepto!).
            El capitalismo es una religión del mero culto, sin dogma. El capitalismo se ha desarrollado en Occidente –como se puede demostrar no sólo en el calvinismo, sino en el resto de las orientaciones cristianas ortodoxas- parasitariamente respecto del cristianismo de modo tal que, al final, su historia es en lo esencial la de su parásito, el capitalismo. -Comparación entre las imágenes de los santos de las distintas religiones, por un lado, y los billetes de los distintos Estados, por otro- El espíritu que se expresa en la ornamentación de los billetes.
            Las preocupaciones: una enfermedad del espíritu que es propia de la época capitalista. Situación espiritual (no material) sin salida que (deviene) en pobreza, vagabundeo, mendicidad, monacato de la vagancia. Una situación así, que carece de salida, es culpabilizante. Las “preocupaciones” son el índice de la consciencia de culpabilidad de la situación sin salida. Las "preocupaciones" nacen por el miedo de que no haya salida, no material e individual, sino, comunitaria.
            En tiempos de la Reforma el cristianismo no favoreció el advenimiento del capitalismo, sino que se transformó en él. Metódicamente habría que investigar, en primer lugar, qué vínculos estableció en cada momento el dinero con el mito, hasta que pudo atraerse hacia sí, tantos elementos míticos del cristianismo para constituir ya, el propio mito. El precio de la sangre. Thesaurus de las buenas obras. El salario que se le debe al sacerdote. Pluto como dios de la riqueza.
            Vínculo del dogma de la naturaleza resolutoria del saber y el capitalismo -propiedad para nosotros que lo hace, a la vez, redentor y verdugo-: el balance como saber redentor y destructor.
            Contribuye al conocimiento del capitalismo como una religión el hacer presente que, originalmente, el paganismo originario concebía la religión, no como un “elevado interés moral” "superior", sino, como el más inmediatamente práctico. En otras palabras, el paganismo fue tan poco consciente, como el capitalismo actual, de su naturaleza “ideal”, “trascendente”, y la comunidad pagana consideraban a los individuos irreligiosos o heterodoxos de su comunidad como incapaces, igual que la burguesía actual considera a sus miembros no productivos.

Walter Benjamin, Kapitalismus als Religion, Zur Geschichtsphilosophie, Historik und Politik, Gesammelte Schriften.

sábado, 10 de mayo de 2014

-.Héctor Pedro Blomberg (18/3/1889 – 3/4/1955)… La voz de los puertos.- Fernando Prim


Publico este homenaje a don Hector Blomberg, publicación que también pretende ser un abrazo a la distancia a todxs lxs amigxs que están lejos (o de los que yo estoy lejos) y un homenaje a lxs que ya no están. Este texto apareció en "En la cancha de ven los pingos Nº 32 (enero-febrero 2014)". Saludos a Fernando que, antes de que escribiera estas lineas, me mostró a este gran escritor, que seguramente era tan cachivache como nosotros. Saludos a Julito Blomberg -Loco Julio o Julio julia'o, como se conoce de este lado de la cordillera- que también es una gran amigo, que también inspiro estas lineas y que también tiene el amor por los viajes y las aventuras como su tio abuelo. Brindo con una malta en la mano! Un abrazo desde la orilla del mar austral!
  

-.Héctor Pedro Blomberg (18/3/1889 – 3/4/1955)… La voz de los puertos.-

por Fernando Prim.

 

 


         Nacido en la calle Santiago del Estero 236 en la barriada de Monserrat y fallecido por la misma zona, en Caseros 731. Cuantos pelados de aquella época que frecuentaban aquel barrio no habrán parado en la puerta de esa casa? “De las ondas arrulla la gran canción oscura / el sueño de esos muertos que la mar devoró, / de los héroes ahogados de una enorme aventura, / de una edad formidable que nunca escribió. / las noches y las allas del océano están llenas / de sus tristes y errantes sombras, / y en altar mar sueñan los navegantes que fueron las sirenas / cantando en las estelas hirvientes, al pasar. / Oh muertos de los mares, muertos de miles de años / que hablan en los oleajes con acentos extraños / que sólo algún piloto muy viejo comprendió / en las noches oceánicas, misteriosas y ahogadas” Hector Blomberg.- El puerto aquel de infinitas batallas contra invasiones, conflictos entre federales y unitarios, antiguo símbolo de prosperidad y de explotación laboral. Los puertos que se encuentran olvidados en las mentes de los que habitamos esta ciudad. Los puertos que escondidos siguen vigentes, donde sus trabajadores portuarios continúan hasta hoy trabajando a destajo entre las aguas turbias del rio de la plata. Olvidados los puertos del barrio de la Boca en donde oxidados barcos están encallados en frente de la isla Maciel. O como el de retiro, atrás de toda esa cité moderna que trata de despojar a la ciudad de ese complejo que tanto le dio de comer a Buenos Aires en épocas remotas. Quizás en la ciudad de Ensenada, su puerto junto con los astilleros sea el más recordado por sus habitantes gracias a sus fuentes de trabajo en la fabricación naval.  Pero a principios de siglo XX ese lugar era un extraño paraje de singulares especies humanas y el único y primero que pudo dar un pincelazo de lo que ocurría en aquellos lugares lúgubres y oscuros fue el gran Héctor Pedro Blomberg, escritos y protagonista de una vida llena de aventuras y desventuras. En el puerto se encontraban los hombres más audaces de Buenos Aires, esa ciudad en plena ebullición. Laburantes, vagabundos, errantes y “soñadores de bajos fondos”… a esa gente, esa gente excluida y dejada, a la deriva fue la que describió Blomberg. Algunos historiadores del barrio mencionado se preguntan si Homero Manzi es sinónimo de Boedo, Héctor Pedro Blomberg no lo es del barrio del Restaurador? Buenas preguntas se hace esos comuñes.

Era una bruja extraña y familiar
bebía más que los fogoneros en las sucias tabernas del puerto.
Se arrastraba sobre sus viejas piernas
hacia los muelles cuando algún barco volvía.
en las noches inquietas del “waterside” porteño
hallaba sollozando, ebria en cualquier café,
de su belleza muerta, su país brasileño,
su juventud lejana y el hombre que se fue.
El hombre se había ido hace cuarenta años,
y ella acechaba siempre los semblantes extraños
cada vez que los barcos regresaban del mar.
y entre dos borracheras, un día y otro día,
en su ilusión terrible soñaba todavía
hallarlo, aquella bruja trágica y familiar

La bruja Héctor Pedro Blomberg.

         En los sonidos rudos y originales del punk rock se me hace difícil encontrar alguna conexión con los puertos. Quizás, gracias a la inclaudicable búsqueda por conocer bandas de los países más raros de parte de mi amigo Cuki, podríamos citar a la vieja banda holandesa Komintern Sect y sus loas al puerto de su ciudad en la canción “Amsterdam”. Cómo olvidarse de esos casi 14 minutos de la gloriosa “Rima del Anciano Marinero” de Iron Maiden con sus guitarras que evocan sonidos portuarios donde hasta se escuchan los golpes del barco contra un perdido muelle en la mitad de la canción. Pero fundamentalmente se me viene a la cabeza los ritmos épicos y las letras oscuras y misteriosas de los Pogues con su disco “Rum, sodomy and the lash” de 1985. Irlandeses ellos casi en su totalidad, seguramente esas historias de inmigrantes y emigrantes, trabajos duros de sus ancestros y bares atestados de personajes y alcohol hayan llegado a sus oídos desde muy jóvenes. A su instrumental “Wild cats in Kilkenny”, con una atmósfera muy oscura también, le siguen las nostálgicas “navigator” y la representación de una historia de inmigrantes en “thousands are sailing”, además de siempre nombrar a puertos de cada rincón recóndito de todos los continentes. Similar es la pluma y visión de nuestro amigo Hector Pedro Blomberg quien no deja de citar puerto de Cabo verde, Buenos Aires, Liberpool, Kandapur, Praga, Shangai, Bombay, la Habana y Ceylan, entre otros tantos. Pero Blomberg no sólo le canta a esos errantes y viciosos personajes que destilan olor alcohol en los muelles y tabernas cercanas a la tropilla laburante de marineros sino también le dedica unas cuantas líneas a personajes navales argentinos con nostálgicas estrofas para tipos como Azopardo, Espora y Brown. Un poco como se disfrazaron los Pogues para el arte de la contratapa del disco ya mencionado, con uniforme de capitanes y marineros, tanto Blomberg como la banda de folk irlandés fusionado con el punk nos dejaron cierta imágenes e impresiones acerca de esa vida tan olvidada en estas épocas como lo es la del puerto con todo su bagaje a cuestas.

En un café pequeño, un bar triste y oscuro incrustado en la dársena
una vieja irlandesa sirve a los pocos clientes una mala cerveza.
hay un violento cromo del rey Jorge en el muro.
entre los humos acres de aquel alcohol impuro
adormece el opio sutil de mi tristeza;  
un mono de los trópicos chilla bajo una mesa
y ebrio canturrea con acento inseguro.
una tragedia humilde, misteriosa, se siente en aquel bar…
y cuando se va el último cliente,
con los brazos sobre una mesa, se oye llorar a la vieja irlandesa
que todavía sueña con los ojos azules de aquella
su pequeña que se fue para siempre, una noche, del bar

 la Irlandesa del Bar de H. P. Blomberg.

         Con sus antológicos textos como “Soñadores del bajo fondo”, “A la deriva”, “Los habitantes del horizonte”, “Bajo la Cruz del sur” y escritos más líricos que se encuentran en sus libros de “Poesías y mejores canciones”, algunos de ellos transcritos en estas hojas, Blomberg nos convence de que es un enamorado de todo lo que puede encontrarse y acontecer en ultramar. Y si alguien no lo convence esperen a escuchar su historia, la cual se podría resumir en este extracto: “un día de 1911, con apenas 21 años, mientras paseaba por el puerto de Buenos Aires, se detuvo frente a un trasatlántico. A qué hora parte?, le pregunto a un marinero. Al mediodía, fue la respuesta. Presuroso Corrió hasta su casa, llenó una pequeña maleta y le dio un beso a su madre. A dónde vas hijo?, A Noruega, mamá. La ausencia de este primer viaje duró dos años.” O las propias palabras de este glorioso autor: “siempre he hallado, en todos los puertos que he conocido, una atracción irresistible. Quizás alguno de mis antepasados, los viejos noruegos, de los cuales desciendo, hayan visitado los mismos puertos que he conocido y viajado, porque la ciencia no explica cómo llego hasta mi, a través de generaciones, ese amor por el mar, sus hombres y sus cosas”.

Los muchachos están ebrios en el bar
un velero quiebra el agua del canal.
La Australiana esta borracha de coñac;
y era bella en otro tiempo…
no es verdad que era hermosa, en la ribera de otro mar cuando tú eras un
                                                                     grumete de mi edad?
Pero ahora, pobre Maggie, como está…
¡Por qué lloras sobre el whisky capitán?
un borracho está cantando sin cesar
un cantar de los errantes
y en el piano, el inglés ciego toca un vals
la luz vuelca una amarilla claridad
en la mugre y la miseria de este bar
que fundara hace treinta años, tal vez más,
aquel ex campeón del mundo, Tommy Sand…
Muelle sucio, turbio cielo, viejo bar;
alma triste de los hombres que se van,
de los hombres que no vuelven nunca más.
El borracho ya ha dejado de cantar… la australiana se ha dormido, capitán…

En el bar de la australiana, H. P. Blomberg.

         Quizás aquella ebullición de aquella época que dio al puerto tener ese engranaje de personajes y esas cualidades parecidas a un mercado humano donde la gente trata de sobrevivir a cualquier precio, lo más parecido que pueda ser ese complejo lugar sean las actuales vías y estaciones de cualquier línea ferroviaria de la ciudad de Buenos Aires donde te podés topar a toda esa manga de personajes suburbanos tratando de superar los reveces de la vida. Tanto en los antiguos puertos como en las actuales estaciones ferroviarias y asentamientos lindantes a ellas podrás encontrar ciertas similitudes salvando la distancia de lugares, épocas, códigos, contextos sociales, políticos y económicos. La cultura como visión de la realidad, como postal de lo que fue una época, como un libro de historia donde te informa como llegaron y se fueron muchos de nuestros antepasados, de cómo yugaron para tener cierto porvenir en estas tierras inhóspitas para muchos de ellos. Algún día, quizás en 60 años, algún purrete podrá leer textos y cuentos sobre chatarreros, vendedores en los trenes, furgones atestados de vicios baratos, laburantes errantes y sin futuro, cantinas enfrentadas a las vías del tren y músicas tropicales en alto volumen para saciar angustias de un pueblo que todavía que todavía no aprendió o no le enseñaron o no le quieren enseñar a saber cómo vivir.

Bajo los resplandores sangrientos, mortencinos
que arroja en cada curva un trémulo farol
sueñan los harapientos y rudos aladinos
con talismanes de opio, con lámparas de alcohol.
Perfumes de las tierras soleadas y distantes…
el Támesis suspira, trágico y gris,
y pasa por los barcos y las almas errantes
el gran soplo nostálgico de un perdido país.
Es de noche en el Támesis, los marinos chinos
en las cuevas del Wapping sueñan sus peregrinos
sueños de opio y muerte, al alba partirán.
Y en la trágica bruma misteriosa y espesa,
los navíos reposan bajo la noche inglesa
y sueñan con los cielos ardientes de Ceylán.

 Barcos Dormidos de H. P. Blomberg.

         Dedicado a un amigo de ley, Julio Blomberg, apellido que destina a ser un hombre con ansias de tener mil aventuras, desventuras, malos tragos, alegrías y por sobre todo un cuore plagado de bondades y buena leche. Y no les miento, nuestro amigo tiene todo eso y más. Un fuerte abrazo Julio.-

Aquí estoy con los chinos y las dos irlandesas
que llegaron a bordo del Jamaica Marú
Maggie, la mayor, tiene ojos como turquesa
y bebe gin en este viejo bar del Dock Sur.
Nancy, la menor de ellas, parece gitana,
pero nació en el barrio más pobre de Dublin;
Arden en sus ojos una pasión lejana
y en su pálida frente hay una cicatriz
de dónde la trajeron los chinos taciturnos?
Maggie me habla al oído: los conocí en Shangai…
En el bar se morían los murmullos nocturnos
y en los labios de Nancy se apagaba un cantar…
El Marú había partido rumbo a Yokohama
Maggie me ama en las noches siniestras del Dock Sur;
Me hablaba de su vida errante
y una llama de pasión palpitaba en su mirada azul.
Pero yo amaba a Nancy, la irlandesa morena;
los chinos, silenciosos, miraban a las dos;
las casuchas dormían bajo la luna llena
y en los negros navios temblaba un resplandor.
Nancy! Nancy! Una noche su canción quedó trunca,
los chinos dormitaban abajo borrachos chandú…
Pobre Maggie! Esa noche bebió más gin que nunca
y se arrojó a las aguas oscuras del Dock Sur.


Las dos Irlandesas H. P. Blomberg.-

Gracias a Neco por escanear el pasquin!