Originario del chaurakawin (Osorno), Leftraru Hualaman ha sorprendido el
entorno mapuche williche con sus dos trabajos que tiene hasta el momento. Con
guitarra acústica, banjo williche, trompe y otros instrumentos utilizados en la
música williche, Auka Nemül y kalfü srayüntun, son los dos demos que tiene hasta
el momento. En este espacio respondió a nuestras preguntas.
1.- ¿cómo surge Leftraru Hualaman
cómo cantante? ¿Cómo comienza su canto?
Leftraru nace en 2009 como ülkantufü, en parte porque
quiso y en parte porque debía serlo.
En
mi familia materna existe tradición con respecto al ülkantun williche, sobre
todo por parte de los Catrilef. Mi tío es fundador del legendario grupo
Aukalafken, nacido a principios de los 70 y creadores de temas emblemáticos de
la mapu, como “Esta guitarra que toco” y el “Chikimi”. Además, desde chico vi a
mis primos Sebastían Catrilef y Ramón Catrilef tocando música, ya sea en la
casa, en talleres o en el escenario del Festival del Folklore Campesino.
También por parte de mi familia paterna, por su historia de vida militante en
la izquierda chilena, siempre han estado presentes en mi vida la música
latinoamericana, la que Víctor Jara llamaba “la canción popular, unida
íntimamente a la juventud y al pueblo”, y uno de mis primos, Pablo, me enseñó
lo bello, lo necesario y lo virtuoso de un buen sonido de una guitarra.
De ese modo, el 2008, año de la muerte
de Matías Catrileo, tomé por vez primera una guitarra y a mediados de 2009 ya
me había atrevido a componer. Primero,
comencé componiendo tanto ülkantun williche como música latinoamericana. Sin
embargo, dentro de la recuperación de mi identidad mapunche, cuando terminé
Forrahue, le tomé el peso a que debíamos ser nosotros mismos los que contáramos
y cantáramos nuestra vida, canto y acción, como los antiguos. Allí es cuando
nace este ülkantufü, atreviéndose con 15 años a subirse al escenario, en medio
del inicio del conflicto por la defensa del Pilmaiken. En ese momento, el resto
de los temas conocidos comenzaron a brotar, de a poquito, según el momento, la
inspiración y al calor de esa lucha y al mismo tiempo que tocaba en vivo, iba
subiendo mis temas a plataformas digitales. Y así fue como llegamos a 2012 y al
Auka Nemül’.
2.- ¿Cómo fue el proceso de grabación
de los dos demos que podemos escuchar en internet?
Luego del 2011, y todo lo que
representó para mi generación, para el
año 2012 ya tenía constituido un repertorio más o menos contundente, probado en
vivo y sentí que ya era momento de atreverse a grabar y que mi canto, así como
el ülkantun williche en general, debían comenzar a ganar espacio en todas las
plataformas de difusión posibles. Así fue como el año 2012 nace el Auka Nemül’,
compilado de los principales temas creados entre 2009 y ese año. Fue grabado
con un micrófono de notebook, grabando cada instrumento aparte en distintas
pistas, probando una y otra vez. Sin duda fue un proceso “artesanal” y a pulso,
incluyendo la carátula, hecha a mano y editada en digital, con Millalikan cabalgando
con la Triwe en mano. Siento que, en general, tuvo una buena recepción, a pesar
de no haber tenido una versión en físico o haber tenido una “tocata de
lanzamiento” propia, pues en ese tiempo, al igual que ahora, cantaba siempre en
tocatas colectivas. Lo que sí, creo que ese demo fue mi primera carta de presentación,
pues me abrió muchas puertas y me envalentonó para el siguiente paso: el
Festival campesino.
Y
así llegamos a inicios del 2013. Con varios temas nuevos en el cuerpo para
grabar, con la decisión de irme a estudiar a Santiago y un tercer lugar en canción
mapunche williche, era el momento para sentarme y grabar, ya con más
experiencia que para el primer demo. Así fue como nación el “Kallfü Srayuntun”,
compilado de los temas creados durante aquel año, y que es el primero en que
agrego temas en Che Süngun. A diferencia del anterior, éste tiene más temas
vinculados con los sucesos de aquel entonces, siendo un complemento a las
reflexiones del Auka Nemul’, tal como en el caso de “Forrahue” y su contraparte
“El Sol ha regresado cien veces”, compuesto por el Centenario de la matanza.
También en este caso la portada fue hecha a mano e ilustrada digitalmente,
mostrando la wünelfe, nuestra antigua bandera nacional, en su doble forma de
lucero de la mañana y de flor de la foye.
3.- Sabemos que tus gustos musicales
van más por el rock pesado, metal o harcorepunk, ¿Por qué no formaste una banda
con alguna de estos estilos en vez de hacer el “williche ülkantun” de L.
Hualaman?
En primer lugar, porque prioricé el
tocar williche ülkantun, pues además de por gusto, los cultores no somos muchos
y la mayoría siguen siendo desconocidos. Más allá del festival del Folklore
campesino, el Aliwen Chaurakawin, uno que otro festival o feria costumbrista, y
claro, las Tocatas en apoyo al Weichan, no existen espacios propios para la
difusión de nuestro propio canto.
Y
eso también te habla de las condiciones actuales de la ocupación en
Fütawillimapu, en donde, a pesar de que sí existen bandas y conjuntos nuestros,
para el común de la gente es mucho más fácil ubicar, escuchar y participar en
agrupaciones de cueca de salón del Chile central antes que conjuntos de baile o
canto williche… en nuestro propio territorio.
Pero
aquello te abre también posibilidades de disputa, en donde los ülkantufü
tenemos que recuperar también esos espacios, pues debemos mostrarle a nuestra
propia gente que nuestro pueblo sigue vivo en el presente, en el ahora
cotidiano. Y que ellos también, y a su modo, son parte de ese vivir, en el
lelfün, en la mawisam, y sí, también en pu kasra.
Si queremos la liberación de Wallmapu y, en
ella, la de la Fütawillimapu, es imposible hacerlo sin la lengua, y por
supuesto, sin el ülkantun. Porque al final, es la cultura nacional viva la que
canta el pasado y el presente de su pueblo, así como es a partir de ella en la que
vamos construyendo nuestro futuro. Y lo que quiere ver el enemigo es todo lo
contario, nuestra cultura congelada, como un objeto de museo, sólo con valor en
la moneda de $100.
Y sobre
armar algún proyecto con rock pesado, si bien anteriormente no se daba la mano,
siempre están las ganas. Tengo unas ideas por ahí, sólo falta el tiempo.
4.- ¿En qué otros proyectos políticos
o musicales participas?
En estos momentos, allá en Santiago,
debido en gran parte a mi temporal condición de estudiante, participo dentro de
organizaciones mapuche universitaria, al mismo tiempo que en experiencias de
Educación Popular. Además, sigo con el proyecto musical como solista, tocando
en donde mi gente me necesite.
5.- tus letras en general hablan de
una cosmovisión e historia desde un punto de vista mapuche – williche.
Cuéntanos cuáles son tus inspiraciones en que te basas parar hacer las letras.
La
inspiración para escribir las letras se nutre en la historia de nuestro pueblo.
Los seres humanos somos historia porque la historia es el caminar de los seres
humanos a lo largo del tiempo y en su espacio, que es una noción distinta a la
del pasado sin más. La historia fue, es y está siendo. Es allí donde el pasado
vive en el presente para construir futuro.
Los
antiguos, en el ül y el ülkantun hablaban de ello, de lo sucedido en el pasado,
pero también de lo que sucedía en su vida cotidiana y los acontecimientos de su
alrededor. Por ejemplo, se cuenta que el toki Millalikan, antes de liderar a
los pukatriwekeche, era uno de los toki que lideró a la Fütawillimapu durante
el Futa Aukan de 1598, el cual nos dio nuestra primera liberación.
Básicamente lo que hago es seguir ese camino, intentando
buscar sus huellas. Los nütram de los antiguos que contaban en el fogón, las
que son rescatadas de las crónicas, diarios y testimonios y que debemos saber
entretejer para poder comprenderla, así como de los sucesos que están
ocurriendo en nuestro presente. Porque también ese presente, nuestro presente,
nace a partir de las consecuencias nacidas de aquel pasado.
Por
dar un ejemplo, la recuperación territorial hoy es inentendible sin saber que
fueron usurpadas tanto recientemente en los 80 como a finales del s. XIX e
inicios del XX, y que esa usurpación, a su vez, es parte fundamental de la
política de conquista y ocupación por parte del Estado Chileno a partir de
1845. Y así podríamos seguir.
.
6.- Qué relación hay o
tendría que haber entre el ülkantun / canto o cualquier forma de música que
rescate las raíces mapuche y los procesos de recontrucción territorial y
cultural?
La cultura son todas las manifestaciones humanas que
transmitimos de generación en generación, las cuales nacen a partir de la misma
vida cotidiana de nuestra gente a partir de la relación con su territorio a lo
largo de su historia. Así, cada pueblo tiene su cultura, que nace precisamente
a partir de las soluciones propias que le da a su existencia a lo largo de su
historia. En otras palabras, no ha habido ni puede haber cultura mapunche sin
la existencia del territorio mapunche.
A
su vez, no es extraño que dentro de nuestro mismo pueblo-nación tengamos
diversas identidades territoriales. Si somos mapunche, es decir, la gente
enraizada en el territorio, es lógico que, aunque tengamos rasgos en común, también
tengamos diferencias según donde vivimos, y que pu williche seamos tan mapunche
como los nagche, lafkenche o puelche.
Del
mismo modo, no puede haber reconstrucción cultural si no hay reconstrucción
política y, evidentemente, reconstrucción territorial. La necesidad de
reconstruir y reencontrarnos con nuestra cultura es la cara más visible de un
problema que es, ante todo, político, y cuya médula fundamental es la conquista
colonial de nuestro pueblo a manos de ambos Estados.
En
el caso concreto del ülkantun, tal como ya dije, éste a su vez cumple el rol de
ayudar a la transmisión del Kuifi Nütram. Es clave para que nuestra gente
comience a volver a reconocerse como mapuche, paso clave y necesario, no sólo
para reconstruir a nuestro pueblo, sino además, para generar preguntas que
ayuden a que más de nuestra gente se vaya sumando a la causa desde las
trincheras que sean necesarias.
7.- “Para lxs mapuche,
el recuperar nuestra lengua, el soporte de nuestra matriz cultural, de nuestra
memoria histórica, de nuestra forma particular y propia de relacionarnos con el
mundo y para el mundo, es un deber indelegable. La pérdida de nuestro idioma
es, ante todo, uno de los reflejos más brutales del colonialismo: la dominación
política, social, económica y cultural de un pueblo o parte de este sobre otro,
legitimado por el racismo, es decir la inferiorización y deshumanización del
dominado a partir de sus características físicas y/o sicológicas.” Dices en una
entrevista a la revista “la mala educación”… según tu perspectiva, como persona
consciente y participe en proyectos de educación, ¿Cuál sería la mejor manera
de aprender nuestra lengua y sus diversas variantes territoriales y romper las
ideologías que pesan sobre ella?
La
mejor forma de aprender un idioma, y en verdad, cualquier asunto en la vida, es
llevándolo a la práctica, para luego reflexionar sobre ello y volver a llevarlo
a la práctica, en todo ámbito y momento.
Hay
que atreverse no sólo a aprenderlo para uno mismo, sino que también hay que
escucharlo, hablarlo, leerlo y escribirlo en el día a día con nuestra gente,
con nuestra familia y con la que nos rodean.
Para ello, los talleres de lengua que se hacen
son fundamentales, pues ayudan a dar los primeros pasos básicos, las
herramientas mínimas para que nos lancemos a hablar. Pero de ahí en adelante,
ya pasa por nosotros el usarla de a poco en nuestra vida diaria. Hay que atreverse a hablar, a conversar, a
equivocarse, dejarse corregir y seguir aprendiendo. Los llamados
“neohablantes”, es decir toda aquella gente que, sin ser hablantes de cuna,
hemos recuperado nuestra lengua materna, tenemos el deber de enseñarlo, así
como también de reunirnos, tomar mate y seguir haciendo nütram. Hablando Che
Süngun silenciamos las voces que dicen que nuestra lengua desaparecerá.
Tenemos
que volver a usarlo, aquí en la kasra, en Chausrakawün, en Melipulli, en
Ainileufu, en Tralmawe, en Kasrülmapu. No puede ser que nuestros fücha y
chemche, desde que se tuvieron que venir vivir acá, hayan tenido que, por
décadas, tragarse su propio idioma, por la vergüenza, por la discriminación y
el racismo que son parte fundamental de la dominación de nuestro pueblo.
También
hay que aprenderla en el lelfün y la mawisam, hay que volver a reencontrarse
con los territorios, con su kimün y sus ngen, en el trabajo y en los gillatun.
Hay que volver a reecontrarse con nuestra gente que sigue allá, con pu kimche,
y también hay que desandar los pasos que dejaron nuestra gente al irse desde
los territorios hacia las kasra de Wallmapu y a la capital chilena. Una de mis
tías, estando en Santiago, aún recuerda que, cuando niña, los abuelos allá en
Pichilakfenmapu hacían su nütram para asuntos importante solo en lengua. ¿Cómo
nos vamos a comunicar con los kuifikeche yem y con los ngen si sabemos que no
nos entienden en “Castilla”?
Hay que hacerlo, hasta lograr que el Che
Süngun vuelva a ser parte fundamental de la vida de nuestra Fütawillimapu.
Tenemos que revalorar nuestra propia variante territorial. Hay que tomarle el
peso a que el Che Süngun es nuestra carta de presentación. Aquellos que nos
escuchan, saben de antemano que somos mapunche-williche, que nosotros, nuestros
antepasados y nuestra historia son de esta mapu en específico. Y el resto de
nuestro pueblo debe respetar aquello, haciendo el mismo esfuerzo que hacemos
para aprender las diferencias dialectales con otros territorios.
Así, una experiencia que destaco, dentro
del contexto actual del predominio del castellano, son los Internados
Lingüisticos, momentos en los cuales, gente de distintas partes se junta,
creándose las condiciones para que como hablantes nos veamos forzados a tener
que usar el idioma para todo lo que haya que hacer durante los días que dura.
Además, la gente que está aprendiendo a hablar recién, demora muchísimo menos
en aprender de lo que lo hicimos nosotros.
8.- ¿algún mensaje final? Muchas
gracias por responder estas preguntas…
Sé
que en estos momentos, luego de tantos años en Santiago, no soy quién para
dictarle pautas a nadie, y aquí las decisiones primarias debe tomarla la gente
que sí está 24/7 en nuestra mapu. Pero creo que cada día es urgente el reunirnos
y organizarnos para la liberación, pu peñintun, pu lamüentun. La situación de
nuestro pueblo en general se está volviendo cada vez más grave, así como
sabemos que es lo que ya está sucediendo en la Fütawillimapu. Ya sabemos la
escalada de violencia que se ha venido en el último tiempo, dentro de toda la
violencia con la cual se ha insertado la dominación en el Wallmapu y en nuestra
Fütawillimapu en específico.
Y
más allá de nuestras ganas y voluntades individuales, hay que reunirse, hay que
organizarse, hay que aprender a vernos las caras. Si tanto queremos que nadie
nos venga a instrumentalizar, tenemos que tomarnos en serio que el deber
primero de crear organización mapunche es nuestro. Hay que aprender a discutir
y a gritarnos nuestras diferencias dentro del nütram y no frente al weshanma
winka. A hacer nütram y llegar a nuestros puntos de encuentro. Y así darle.
Actuar, pensar, actuar, pensar, actuar. Porque, aunque suenen palabras de
poema, nosotros somos los que debemos constuir el camino de nuestra propia
liberación.
Y
para ello, un deber primario es buscar las formas de sumar a todos esos pu
mapunche que, siendo hijos de la migración dentro del Territorio, aún no se
reconocen como tales. Y en eso quiero recordar a nuestro peñi Rafael Nawel yem,
muerto a manos del Estado Argentino. Rafita era un peñi de población en
Fusrilofche, tal como los hay muchos en la Schilling, en la Quinto
(Chausrakawün), la Mirasol o Pampa Irigoin (Melipulli). Nacido en pu kasra al
interior del Territorio, hijo de las poblaciones, de a poco fue tomando
conciencia de su mapuchengen. Y ahí lo vimos, más tarde, en Rellmü Lafken,
recuperando territorio, hasta que el grupo Albatros le arrebato la vida.
¿Cuántos
Rafitas hay al interior de nuestras poblaciones que se pierden entre la
marginalidad, el narcotráfico y la falta de oportunidades? ¿Cuánto weichafü,
machi, weupin, kona, srülpasüngufü se están perdiendo día a día?
La
batalla en contra de la dominación colonial también es una batalla en contra de
la vergüenza propia.
Pueden escuchar sus musica por acá:
Descargas directas de sus trabajos por acá:
Auka Nemüll
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Kallfü Srayüntun
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