“La
tradición de los oprimidos nos enseña que el estado de excepción en que vivimos
en sin duda la regla”. Walter Benjamin, Sobre
el concepto de historia.
“La
lucha por un Estado democrático es inevitablemente una lucha para consolidar el
Estado, y lejos de herir al totalitarismo, tal lucha fortalece el
estrangulamiento de la sociedad por el totalitarismo.” Gilles Dauve, Cuando las revoluciones mueren, 1979
¿Es la vía
electoral un arma para derrotar el fascismo?
Desde las elecciones
presidenciales de primera vuelta y al quedar la alternativa Boric / Kast impresa
en la boleta de segunda vuelta es que mucho es lo que se ha escrito desde
diferentes puntos de vistas sobre las consecuencias de esta elección en el caso de que gane el candidato de ultra
derecha Kast o el candidato que firmó el acuerdo por la paz con los partidos
tradicionales. Ahora es bueno preguntarse por qué es que un candidato que
representa los intereses de la clase más retrograda y reaccionaria de chile
logró tan alta votación y por qué
la izquierda se ve en la obligación de votar por el más notorio traidor de los
intereses del pueblo. Por otro lado, todo este revuelo ha dejado en un segundo
o tercer plano las nefastas políticas que ha llevado adelante el actual
presidente piñera, sobre todo en lo que tiene relación con el estado de
excepción que desde el 12 de octubre del 2021 se mantiene en 4 provincias de la
llamada “macro zona sur”. En este texto pretendemos hacer un acercamiento a la
relación fascismo, democracia y el papel que han tenido los estados de
excepción en el mantenimiento del orden económico que se cuestionó en octubre
del 2019.
Es interesante
como en la prensa se han escrito diversas comparaciones con otros procesos
históricos, como comparaciones con lo que pasado después del 18 de octubre del
2019 con la historia de la revolución francesa, donde la socióloga Marta lagos
se pregunta por quién será el nuevo Napoleón, uno contrarreformista o uno
reformista (otro comparo a boric con robespierre y a Kast con Napoleon); otros
lo han comparado con los sucesos de España en el 36 y la unidad republicana
contra el fascismo; y, como no, no faltaron los que recordaron el proceso de la
unidad popular. La voces de la buena conciencia de izquierda llaman a votar
“por el mal menor” del “gordito de barba”, representado como la única
alternativa para frenar el fascismo.
Ahora, en el
ámbito local el único que ha sabido describir y teorizar sobre las nuevas
características de la derecha ha sido Julio Cortés Morales (2021) en su libro “¿Patria
o caos? El archipiélago del postfascismo y la nueva derecha en Chile” analizando
su objeto de estudio desde una dialéctica revolución -contrarevolución. El
autor nos dice uno de las características de los grupos de extrema derecha
actuales y que lo diferencian de fascismo histórico es que este último “fue un
producto de diversas circunstancias asociadas a las crisis del capitalismo que
no se replicarán exactamente de la misma manera en nuestro tiempo” (Cortés
2021: 35), es decir que si bien los grupos reaccionarios que defienden el
actual sistema de dominación no necesariamente replicaran las mismas formas que
sus antepasados de las décadas del 20 al 40 del pasado siglo. Es más, la forma
posmoderna del fascismo, si bien atrae mucho de la iconografía del antiguo
fascismo está impregnado de otros propios de nuestro tiempo, y aprovechando,
por ejemplo, los nuevos dispositivos de las redes sociales, incluso intentando
valerse de formas y tópicos discursivos propias de la izquierda. Ahora bien,
también debemos entender, desde una dialéctica revolución -contrarecolución, que
tanto Boric como Kast, son contrarevolucionarios, reaccionarios, el primero
como socialdemócrata, el segundo como ultracatólico y liberal en lo económico.
Otro de los
aspectos interesante es como Cortés hace otra comparación histórica con el
periodo de entreguerras en Alemania. “Creo que nuestro proceso se parece más a
la fallida revolución alemana de hace un siglo: la revuelta vendría siendo Rosa
Luxemburgo [revolución de Alemania 1919] , mientras Boric parece un símil de
Friedrich Ebert (de hecho el FA tiene fuertes vínculos con la Fundación que
lleva su nombre) [República de Weimar] abriendo paso a un Hitler/Kast,
descendiente nazi de fina cepa” dice Cortes, en su artículo Octubre, noviembre, ¿septiembre?: dos años
de estallido y contraestallido en Chile[1].
Esta comparación aclara cual ha sido el papel contrarevolucionario del FA y
Boric frente a la “revolución” de octubre. En esta línea argumentativa podemos
llegar a afirmar que el fascismo jamás ha sido derrotado en las urnas, es más
Hitler fue elegido democráticamente y llegó a gobernar Alemania por 13 años,
valiéndose del estado de Excepción.
Ahora más que
detenernos en comparaciones históricas (la historia no se repite pero rima, nos
dice Cortes atrayendo la sentencia atribuida a Mark Twain) o en situaciones
sobre lo que puede venir en el futuro después de la votación de esta semana nos
referiremos al papel que ha jugado hasta ahora los diferentes estado de
excepción a los que ha recurrido piñera para mantenerse en el poder, con la
complicidad del resto de partidos políticos. Nos referimos específicamente
estado de emergencia.
Un rasgo que
históricamente ha tenido el fascismo y el nazismo, como forma política al
llegar al poder, es que han gobernado valiéndose del estado de excepción. Y
revisando la historia reciente después del estallido podemos constatar que Piñera
ha recurrido al estado de excepción permanentemente, clasificado como de emergencia
o catástrofe. Recién comenzado el estallido, pasado la media noche, el sábado 19
de octubre el presidente decreto el estado de emergencia que se extendió por 10
días. Luego vino el estado de catástrofe dictados cuando comenzó la pandemia el
19 de marzo del 2020 y que se extendió por más de un año. Y, recientemente, el
estado de emergencia se ha decretado en cuatro provincias de la llamada Macro
zona sur, que en el mapa coincide con el Wallmapu del lado oeste de la
cordillera de los andes.
¿Qué es un
estado excepción? ¿Qué es un Estado de emergencia?
Según la
constitución chilena de 1980 “El ejercicio de los derechos y garantías que la
Constitución Política asegura a todas las personas, sólo puede ser afectado en
las situaciones en que ésta lo autoriza y siempre que se encuentren vigentes
los estados de excepción que ella establece”[2].
Pero el estado de excepción ha sido utilizado por los Estados modernos, en
general, y específicamente por el fascismo y el nazismo en Italia y Alemania en
las décadas del 20 y el 30 del siglo xx, para dar “forma legal de aquello que
no puede tener forma legal” y como “la respuesta inmediata del poder estatal a
los conflictos internos más extremos” (Agamben 2003: 10). En general nosotros
creemos que los estados de excepción son instancias a la que recurre el estado
para salvaguardar el orden de forma violenta, violencia que se ejerce
principalmente contra las personas y los territorios.
El estado de
emergencia y estado de catástrofe son tipos de estado de excepción. La
constitución de chile, según la ley Orgánica Constitucional 18.415, distingue 4 tipos de estado de excepción,
separados según los posibles grados de inestabilidad que pueda haber dentro del
territorio nacional:
1.- Estado de
asamblea (en caso guerra externa), 2.- estado de sitio (guerra interna o civil),
3.- estado de emergencia (en caso de grave alteración del orden público, daño o
peligro para la seguridad de la Nación, en ambos casos sea por fuerzas de
origen interno o externo), 4.- estado de catástrofe (en caso calamidad pública).
En chile se han
aplicado los dos últimos, se decretó estado de emergencia después del estallido
y se decretó estado de catástrofe después el 12 de marzo del 2020 por la
pandemia de covid 19. Al margen de si el estado de catástrofe por el covid 19,
se justificaba o no, lo cierto es que se extendió por más de un año, mucho más
de lo que las necesidades sanitarias lo demandaban, y obviamente jugó papel
crucial como control social más que como control de la salud de la población.
Vivir en toque de queda con los milicos en las calles claramente amedrentó a la
gente.
En la actualidad
se mantienen 4 provincias en estado de emergencia. Dos en la región del Bio Bio
y dos en la Araucanía, es decir en la llamada Macro zona sur[3].
Territorio mapuche en que históricamente, desde la llegada de los españoles, se
ha mantenido el conflicto ya sea como guerra o resistencia. Se argumenta la
necesidad de un estado de emergencia indicando que hay narcotráfico, terrorismo
y crimen organizado, relacionándolo implícita o explícitamente con el
movimiento de Liberación Mapuche. Sabemos que se recurre a estos tres conceptos
porque desde ya hace tiempo que se viene solicitando una reforma de las políticas
de seguridad interior del estado y la posibilidad de que cualquiera de las
ramas del ejército puedan intervenir en asuntos al interior de chile, misión que
sólo debería ser preocupación de las policías (carabineros y Policía de
Investigaciones)[4].
¿Si gobernar
bajo el estado de excepción es un rasgo de los gobiernos fascistas, es el
gobierno de piñera fascista?
En lo personal
creo que no, sino sencillamente es un recurso que está permitido en la
constitución de chile, que permite hace una especie de puesta entre paréntesis
del estado de derecho con el fin de salvaguardar los intereses de la clase
dominante. Justificar la violencia contra la población alegando un bien mayor,
que sería la protección de la nación y el estado de derecho. Ahora debemos
detenernos en que significa para la población de un país vivir en estado de
excepción. En el caso de las provincias de Arauco, Bio Bio, Cuatín y Malleco la
población principalmente mapuche debe vivir bajo el control militar de las
carreteras y calles. Si bien ya la policía en dichos lugares ya estaba
militarizada, en estos momentos son los militares (infantería y marina), los
que controlan el orden.
Podríamos decir,
que durante los 2 últimos años en la Araucanía se vive bajo un estado de
excepción permanente y a al parecer a las buenas conciencias “antifascistas”
electoralistas no le importa mucho. Y desde el 2019 en adelante los marinos
encargados de la seguridad nacional en este territorio, ya han terminado con la
vida de 2 personas: Manuel Rebolledo y Yordan Llempi. El primero atropellado
adrede, durante octubre del 2019, por un camión de la marina, manejado por el
infante de marina Leonardo Medina Caamaño, en la provincia del Bio Bio y el
segundo asesinado afuera de su casa por balas de la marina en la provincia de
Arauco, el 3 de noviembre de este año. Ambos hechos acontecieron mientras Jorge
Parga Baleresque, comandante en jefe de la segunda zona naval, con asiento en
Talcahuano, y jefe de Defensa nacional del Bio Bio, cargo designado por piñera[5].
Ahora la
pregunta es que irá a pasar en un futuro gobierno, pos elección. Si sale Kast
es obvio que mantendrá el estado de excepción impuesto por piñera -con la
aprobación de ambas cámaras del parlamente- en estas 4 provincias del Wallmapu.
Ahora que ira a pasar en un hipotético gobierno de Boric? Su encargado de
seguridad Eduardo Vergara (exjefe de la División de Seguridad Pública durante
el gobierno de Michelle Bachelet y militante del PPD[6])
Acá no se trata de decirle al lector de que vaya o no vaya a votar, sino que la lucha contra la reacción va más allá de la lucha contra “el fascismo”. Si realmente queremos luchar contra el neoliberalismo (¿se acuerdan de un gran lienzo que se desplegaba en plaza dignidad que decía “chile será la tumba del neoliberalismo”?) debemos luchar contra el estado que resguarda y regula los intereses del mercado, no debemos luchar por una estado más democrático o menos democrático. La revolución de octubre obligó a una renovación tanto de los grupos cercanos al fascismo como a la socialdemocracia porque no sabían cómo hacer frente a un movimiento que no tenía una cabeza única y que llevaba a cabo prácticas de resistencia que pusieron en jaque el mismo sistema político republicano. La reacción encontró su cauce en “el tratado por la paz”, por lo que no es casualidad que este domingo este en la papeleta el nombre de Boric (uno de los gestores gestores).
Debemos retomar la lucha que se vio debilitada por las medidas de confinamiento por la pandemia. Retomar la lucha contra una política-económica extractivista, exportadora de materias primas, que está devastando todos los territorios y eso incluye a las personas y pueblos que viven en ellos. Creemos que un primer paso es luchar contra la militarización de cualquier territorio hecha en nombre de la protección de esa democracia, como también exigir un indulto o amnistía para lxs presxs políticxs de la revuelta y de todxs lxs presxs políticxs de la democracia chilena, mapuche, anarquistas y subversivos condenados a largas penas. Esas sean quizás las reivindicaciones mínimas para reemprender un proceso de liberación.
[1] https://elporteno.cl/octubr-noviembre-septiembre-dos-anos-de-estallido-y-contraestallido-en-chile/
[2] LEY
18415, LEY ORGANICA CONSTITUCIONAL DE LOS ESTADOS DE EXCEPCION, art. 1.
[3]
Además la diputada Ena Von Baer, representante de los intereses de gremios de
camioneros y latifundistas solicito extenderlo hasta la región de los ríos.
ver: https://www.diariofutrono.cl/noticia/actualidad/2021/10/von-baer-pidio-extender-a-los-rios-estado-de-emergencia
[4] Avendaño Rojas, Andrés. EL SISTEMA DE INTELIGENCIA DEL ESTADO DE CHILE, LA PRODUCCIÓN DE INTELIGENCIA ESTRATÉGICA Y OTROS ASUNTOS RELACIONADOS. Cuaderno de trabajo N° 2, 2018. Centro de Investigaciones y Estudios Estrategicos. Stgo, Chile.
[5]
Además de su responsabilidad en estos dos asesinatos de civiles se le acusa de
favorecer el negocio forestal, en específico a la empresa PASUR (propiedad de la familia
Matte) de la que sus hermano es accionista y de que la armada explote de manera
irregular predios forestales y bosque nativo en la Península de Tumbes en la
región del Bio Bio. https://interferencia.cl/articulos/contraalmirante-jorge-parga-balaresque-la-sombria-gestion-en-el-bio-bio-del-comandante-en
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