jueves, 1 de agosto de 2013

¿Quién fue Antonio Coselheiro?



“Fue el estado varguista el que, en la década del ´38, elimino a los bandidos rurales brasileños, mandó a cortar sus cabezas y las expuso en las vitrinas de sus museos para escarmiento de aquello que no se ajustaba a las normas del latifundio y de la política hegemónica pre-populista. La fotografía, y la ciencia biopolítica y el museo se convirtieron en otras tantas armas de disciplinamiento social”.

Andreas Doeswijk
     

¿De dónde chucha salió el nombre de este fanzine/blog?
  
         Hace unos cuantos años removiendo entre la basura de una ciudad encontré un libro de Mario Vargas Llosa llamado “La guerra del Fin del Mundo”. Es una novela publicada en 1986, no muy conocida, comparada con sus otras megaventas, a pesar de que es muy buena. Un buen amigo me le había recomendado pero nunca la había podido leer.

            Esta novela cuenta la historia de un predicador del desierto, Antonio Conselheiro, en el noreste brasileño que va recorriendo los poblados, predicando la austeridad y la vuelta un cristianismo primitivo lejos del lujo de la iglesia papal. Poco a poco lo comenzó a acompañar una muchedumbre con la que recorrían el desierto arreglando iglesias y cementerios, componiendo incluso los ataúdes que se encontraban deteriorados. Este pueblo estaba compuesto por gente humilde, vagabundos, indígenas, esclavos prófugos, ex prostitutas, ex bandidos rurales (llamado cangaceiros) y en general, toda clase de desposeídos, a los que se nombró Yagunzos, palabra despectiva para llamar a los revoltosos. En 1893, en medio del desierto de Canudos, al lado de uno de los pocos y raquíticos ríos llamado Vasa barris, crean su propia ciudad a la que nombraron Belo Monte, lejos del poder de la república y de los coronéis latifundistas, que eran los dueños de las tierras, caudillos políticos y dominantes del poder judicial local. En ese lugar llegan a vivir cerca de 25 mil habitantes, llevando una economía relativamente prospera criando ganado y cultivando maíz, mandioca y legumbres. Ahí no existe el dinero, y viven en una especie de comunismo milenarista.
      
             Las prédicas del Conselheiro se dirigían en contra de los ricos y la naciente república del Brasil, a la que acusa de ser un invento de los masones “ateos” que pretenden vivir lejos de las enseñanzas de dios. Como podrán ver era un movimiento contradictorio, ya que se bien vivían en comunidad y no usaban dinero, pretendían restablecer los valores predicados por jebus que aprendían de las predicas de este personaje. Además se inspiraban en un mito heredado del tiempo del imperio portugués como es el movimiento conocido como sebastianismo, caracterizado por la esperanza de la redención de las injusticas sociales al volver un rey llamado sebastián, monarca justo y muerto en guerra. 


     Vargas Llosa se basó para escribir su obra en otro libro llamado “Los Sertones” del milico brasileño Euclides Da Cunha. Este fue ingeniero militar enviado como corresponsal de guerra a Canudos y en su relato cuenta los horrores de la campaña militar contra dicha ciudad. Tres veces el estado brasileño envió a batallones del ejército con artillería y armamento moderno, siendo repelidos y estrepitosamente derrotados por los seguidores del Conselheiro. Sólo la cuarta vez el regimiento pudo acabar con la resistencia de esta ciudad y ésta finalmente bombardeada con dinamita. Podrán imaginar lo dispar de la lucha y la ferocidad con la que deben haber peleado los sertoneros en contra de los regimientos brasucas. Finalmente el cadáver del Conselheiro fue secuestrado por el ejército, fotografiado (ver la portada de este pasquín), su cabeza cortada y entregada a la ciencia para ser estudiada por la naciente rama de la criminología y biometría.

Primera traducción al castellano hecha por Benjamin de Garay, publicada por editorial Claridad, Buenos Aires, 1937
          Los sucesos de Canudos fueron el inicio ciclo de una serie de conflictos en el noreste brasileño, que duro más o menos 50 años, embarcados en la guerra social que finalizaron con el asesinato de los bandidos rurales llamados cangaceiros: de Lampiao y María Bonita, en 1938 y de Corisco en 1940. Los cadáveres de estos tres personajes corrieron una suerte similar que la de Antonio y sus calaveras exhibidas en museos[1].  

          El relato de  Da Cunha, desde un punto de vista positivista y moderno (ocupo este término con todo lo que ello implica), aunque ataca duramente al movimiento del Conselheiro, también da cuenta de cómo el Estado sólo sabe responder con el exterminio frente a movimientos que no tienen sus mismos principios de organización racionalista. Florencia Garramuño, en el prólogo a la edición del F.C.E, dice: “Euclides da Cunha demostraba con su libro el gran atraso en el que vivía el país, la estrepitosa frustración en la construcción de una nacionalidad que había significado la guerra de Canudos y, sobre todo, el horror de la barbarie que se ocultaba por detrás de los nuevos símbolos de la modernidad brasileña”. No es aventurero o atrevido afirmar que en general todos los Estados latinoamericano se fundaron en el exterminio de todo lo que ellos no consideraban moderno, y eso implicaba la eliminación de todo movimiento histórico que no se basase en los principios de la filosofía burguesa. En Chile y en argentina, por ejemplo, al conformarse como naciones, ambos estados se apresuran en aplicar políticas genocidas contra los pueblos originarios, primero contra los pueblos de la Patagonia y luego contra el resto, e incluso contra sus propios ciudadanos. La modernidad se fundó en este continente sobre la barbarie del exterminio. Los estados nacionales ejecutores de los genocidios en estas tierras fueron creados por y para los intereses del imperio económico. Todo lo que se enseña en las escuelas sobre los grandes héroes nacionales, oculta la miseria y el abuso que los nuevos poderosos impusieron por la fuerza de las armas contra todo lo que se oponía o no entraba en su lógica. Este proceso aún no está cerrado, la (mal) llamada violencia originaria se actualiza día a día, violencia que es real y también simbólica. 

       Muchos se preguntaran como un escritor como Vargas Llosa escribió un libro semejante, sabiendo que es un escrito de derecha y reconocido neoliberal. Principalmente porque Vargas quería ejemplificar con un conflicto entre un ejército regular y una banda que seguía a un fanático el conflicto entre el estado peruano y los grupos armados como el Sendero Luminoso del Perú, todo esto bajo la teoría de los dos demonios. Es decir, lo que esta teoría reclama es que los problemas llamados de «seguridad interior del estado» se producen porque la gente se vuelve loca por “ideologías” fanáticas y no por las contradicciones propias de la sociedad de clases. De esta manera, se ocultan todos los problemas sociales, todas las razones que pueden llevar a un pueblo a tomar las armas y recuperar lo que les ha sido arrebatado. El derecho a la rebelión ante el tirano es un derecho que la misma clase dueña y creadora de los estados invocaron para liberarse del monopolio de la corona española que no les permitía comerciar libremente, pero que a la vez se le oculta y niega a sus ciudadanos… A pesar de ello es un gran un gran libro al igual que el de Euclides da Cunha.      
    
     También hay una importante reflexión sobre este movimiento en el libro “El incendio milenarista” de Yves Delhoysie[2] y Georges Lapierre editado en el 2008 por Pepitas de Calabaza. Es un compilado de algunas historias de movimientos sociales que existieron en Europa a finales de la edad media y otros ocurridos en otros lugares y otras épocas como lo son el noreste  brasileño a fines del siglo XIX o la polinesia e comienzos del siglo XX. “Los autores se proponen hacer justicia a la modernidad de las aspiraciones milenaristas -compendio de la experiencia de toda la humanidad-, desde los "tumultos" y "temores" que agitaron ciudades y pueblos a finales de la Edad Media a los movimientos que surgieron en los siglos XIX y XX en territorios que la lógica del Estado y del dinero aun no había colonizado. Una experiencia que el racionalismo positivista y el materialismo vulgar, compañeros de viaje inseparables del espíritu político, ocultan sistemáticamente desde hace siglos. Los milenaristas quisieron realizar el sueño más antiguo de la humanidad: la Edad de Oro, mil años de libertad total. Una aspiración que sigue tan vigente hoy como ayer”.
      
          Por último, no puedo dejar de nombrar el libro, menos conocidos que los anteriores, Vivir es muy peligroso. Mesiánicos y cangaceiros en los sertones brasileños de Andreas Doeswijk, (que me regaló el gran Fernandito Prim) que hace una espectacular revisión de todas estas historias. Realiza resúmenes, análisis y reseñas bibliográficas y de otros documentos que existen sobre los sectores populares del noreste brasileño durante este periodo. En su libro rastréa el contenido de clases de estos enfrentamientos que permiten entender quienes fueron estos hombres y mujeres que hicieron lo posible para mejorar sus condiciones de vida partiendo de su realidad, utilizando sus “medios materiales y representaciones sociales colectivas de que disponían”.

       Además existen algunas películas, como “la guerra de Canudos” protagonizada por José Wilker (el mismo de “doña flor y sus dos maridos”), a pesar de estar hecha bajo una estética de las grandes teleseries brasileñas, no deja de ser interesante. Por otro lado, también está el film de Glauber Rocha, uno de los fundadores del nuevo cine brasileño, del año 1964, Deus o Diabo na Terra do Sol. Tuve la suerte de verla hace muchos años cuando aún estaba en la secundaria, dejándome atónito y me demoré mucho también en comprenderla. Es quizás su película más influyente en donde también se hace referencia -con una mirada más crítica- al Conselheiro y también a los cangaceiros.
     
          Se sabe que hay un libro que transcribe un manuscrito del propio Antônio Vicente Mendes Maciel, verdadero nombre del Conselheiro, que no tengo la suerte de conocer, pero ahí podríamos conocer de fuente directa su pensamiento. Podríamos especular que trata de dar importancia al pueblo pobre, criticando sobre todo la posesión de la tierra, todo esto utilizando un lenguaje bíblico… Pero, a fin de cuentas, el problema de la tenencia y el control del territorio, de los medios de producción, asegurando la vivienda, salud, alimentación para todxs, la posibilidad de autorepresentación, autorganización  y, en general, los problemas esenciales de la vida, son más fuertes que cualquier discurso e ideologías, ya sean estos religiosos o nacionalistas.
  
      Larga vida al Conselheiro!

 

[1] Misma suerte tuvieron pu peñi ka pu lamuen después de la “campaña del desierto” en argentina  donde fueron mantenidas en museos familias enteras, y también en chile donde se enviaron a europa para ser exhibidas en zoológicos humanos en londres, parís y barcelona.
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[2] Esta persona también participó del fanzine francés Os Cangaceiros de mitad de los 80s. Esta publicación toma la estética y el nombre del noreste brasileño para realizar una crítica social a la sociedad francesa como la de reflexionar sobre los movimientos radicales de su tiempo.



 
     

3 comentarios:

  1. anoche la terminè de mirar... los subtìtulos http://subtitr.net/data/spanish/espanol_subtitulos/guerra_de_canudos_1997_subtitulos_963056.php

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  2. Muy bueno troesma. Muy interesante. Un abrazo. Nos vemos pronto !

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