La imagen que viene a continuación
es la representación que el ilustrador para el capítulo quinto, llamado Médicos Indios de libro “Supersticiones
del Rio de la Plata” que ya veníamos reseñando (ver las notas anteriores I y
II). En ella se representa a un hombre magro, de uñas y pelos largos, cantando, vestido con
taparrabo y adornos de plumas, portando en su mano derecha un cetro hecho con un cráneo humano, realizando
un baile tipo pogo. Está rodeado de una naturaleza exuberante, de la que asoman
criaturas fantásticas: demonios y animales. Desgraciadamente aun hoy continúa la estigmatización
y persecución de las autoridades medicinales y religiosas de nuestros pueblos
y, en general, de toda forma de pensar y sentir que no quepa en los moldes del
razonamiento occidental. A continuación les dejo extractos del texto para que se rían o lloren. Juzguen
por ustedes mismos como se va construyendo un estereotipo de las personas
encargadas de la salud en las sociedades americana vinculándolas con la figura
del mal de los católicos, tratando de imponer su mirada a la del resto.
Satanización de los encargados de la medicina en las sociedades que conservaban sus culturas no cristianas:
“Los médicos,
entre las sociedades primitivas, han sido siempre los hechiceros, como para
ellas, toda dolencia humana, lejos de proceder de causas naturales, que por
medios idénticos pudiese ser combatida, no es sino cosa de brujería, que sólo
podrá deshacerse por personas que de una manera o de otra tengan comunicación o
pacto con el diablo o genio del mal. El hechicero reunía al mismo tiempo la
cualidad de adivino y el oficio de sacerdote.”
Vínculo entre la naturaleza y el terror:
“En la
propia forma, ni más ni menos, procedían los magos o adivinos y hechiceros de
todas las generaciones que ocupaban el Nuevo Mundo. Los del Rio de la Plata,
metidos en lo más recóndito de un monte, donde se hallaban sus chozuelas que les
servían de templo o locutorio, enardeciendo su espíritu con abundante lavaciones
de chicha, vociferando y brincando y haciendo visajes y contorsiones como un
hombre que está fuera de sí, entre los bramidos del tigre y otros gritos
aterradores de diversos animales, dirigían sus reverenciadas alocuciones al
pueblo, que los escuchaba estupefacto. Eran árbitros del bien y el mal, de la
vida y de la muerte, de las fuerzas de los elementos;hacían
bramar y enfurecerse a las fieras, desencadenarse las tempestades, alterarse los
mares, crecer o secarse los ríos y lagunas, inundar las tierras. Referían puntualmente
lo que estaba pasando en lugares remotos y encantaban a una persona de modo que
no le era posible moverse, comer, dormir, hablar ni estar tranquilo sin que
ellos se lo mandasen.”
Calcan las creencias de la europa medieval a la realidad americana ¿No hacían los mismos los santos y ascetas católicos?
“Observaban, para merecer el don de la magia, rigidísimos ayunos
y mortificábanse con acerbas penitencias corporales, absteniéndose entretanto
de todo género de baños y lavatorios. Vivían desnudos y solitarios en lugares lóbregos,
fríos y apartados. No probaban otro alimento que el maíz tostado o el ardiente
ají o pimienta. Andaban desgreñados, largas las uñas, macerado el cuerpo,
causando horror a la gente, hasta que desfallecidos y enajenados, recibían de
la divinidad, que invocaban con sumo recogimiento y fervor, la privilegiada
facultad de hacer cosas estupendas o milagrosas."
Vinculan el mal con zonas exóticas a europa y la cristiandad:
"Como se ve, las prácticas de estos magos no se diferenciaban de las que observaron los discípulos de Zoroastro[1], de las que siguen los faquires y santones en el continente asiático, de las que prohijaran la Grecia y Egipto, de las que se extendiera en la península la dominación arábica.”
Vinculan el mal con zonas exóticas a europa y la cristiandad:
"Como se ve, las prácticas de estos magos no se diferenciaban de las que observaron los discípulos de Zoroastro[1], de las que siguen los faquires y santones en el continente asiático, de las que prohijaran la Grecia y Egipto, de las que se extendiera en la península la dominación arábica.”
Desconoce el carácter irónico de los escritos de Cervantes para vincular el pasado de España bajo el Islam con las creencias demoniacas:
“En una Novela de Cervantes[2]
figura una Cenotía, nacida y criada en Alhama, ciudad del reino de Granada.
Salió Cenotia de su patria, huyendo de los mastines
veladores del católico rebaño, esto es, de los inquisidores. Su estirpe es
agarena[3],
sus ejercicios los de Zoroastro. “¿Vez decía, este es el sol que nos alumbra? Pues
si para la señal de lo que puedo, quieres que le quite los rayos y le asombre
con nubes, pídemelo; que haré que a esta claridad suceda en un punto escura la noche.
O ya, si quisieras ver temblar la tierra, pelear los vientos, alterarse el mar,
encontrarse los montes, bramar las fieras u otras espantosas señales que nos
representen la confusión del caos primigenio, pídelo; que quedaras satisfecho y
yo acreditada”.
La encadena también a la realidad rioplatense y americana en general para decir que el mal esta entre nosotros:
“Los magos que la conquista halló en América tenían no pocos rasgos de semejanza con los acompañaron a los nuevos pobladores […] Por eso se advierten en los ensalmos y hechizos y en las ceremonias de los magos criollos mucho de indígena mezclado con la tradición oriental y europea.”
Continúa con una larga lista de referencias a sujetos envestidos con el poder sagrado de sanar las enfermedades en toda América, desconociendo toda posibilidad de sabiduría medicinal de esas culturas atribuyéndola a un ser maligno, es decir, el diablo... pero con esto ya basta...
Les invito a comentar y hacer
observaciones de esta entrada.
Salud,
El Consheleiro.
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